Conexión a la Tierra

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Conexión a la Tierra

Esta meditación nos ayuda a activar la conexión que tenemos a la Tierra, es una experiencia bellísima que nos permite sentir corporalmente la conexión con la Tierra para transformarnos totalmente.

Cada persona experimenta sensaciones distintas al conectarnos a la Tierra la primera vez. Lo que persiste en el proceso es una emoción de calma, serenidad, confianza, unión con la Tierra como nuestra madre. Esta meditación nos permite avanzar en el proceso de autosanación, puedes hacerla diariamente.

La técnica se basa en partir del propio cuerpo, de la conciencia corporal, para descender espiritualmente a la materia para liberar bloqueos, sistemas de creencias, emociones estancadas (Quan Yin, 1996).

Para comenzar te recomiendo que lo hagas de pie sintiendo el apoyo en la Tierra, o sentada con la espalda recta. La meditación se hace visualizando un cordón de luz que brota desde tu cuerpo espiritual y se sumerge en la Tierra. El cuerpo espiritual es diferente dependiendo de tus órganos sexuales; si naciste con útero visualízalo desde tu Chakra sacro, y si no, desde tu Chakra raíz. El cordón tiene un ancho aproximado de 10 cm. 

Al principio visualizamos su color de forma libre y la primera vez podemos cortarlo y enterrarlo de nuevo en la Tierra. Tanto puede ser que baje de forma recta como con algún movimiento, eso dependerá de cada una de nosotras. Les dejo dos imágenes compartidas por Amorah Quan Yin (1996:23) como ejemplo, en la primera se ve la silueta de un hombre con el cordón brotando del Chakra raíz, en la segunda la silueta de una mujer con el cordón de conexión desde el sacro:

 

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Les dejo una guía con las etapas por si desean hacerla sin la meditación guiada.
Al final les dejo el link con la meditación guiada por si la prefieren así.

Cada etapa tiene aproximadamente 2 minutos de duración, puedes hacerla a tu ritmo:
– encuentra una posición cómoda, cierra los ojos, observa el aire en tu nariz, deja ir pensamientos, emociones que te atan a lo externo. Luego lleva la atención al ombligo, cómo se mueve al inhalar y exhalar.
– siente el apoyo de tus pies en la Tierra, siéntete sostenida, siente esta fuerza que te une a la Tierra.
– observa desde tu chakra sacro si naciste con útero, que brota un cordón de luz y se dirige a la Tierra. En cada respiración atraviesa las capas de la Tierra hasta anclarse en su núcleo.
– observa emociones o sensaciones que experimentes, sos una observadora, continúa atendiendo tu respiración.
– absorve la confianza que te sostiene a la Tierra, el amor, su contacto, siéntete unida a ella. Ella te ofrece seguridad. Sigue observando este cordón de luz.

– cuando ya lo hayas practicado una vez de forma libre, puedes optar por pintar este cordón de color azul y observar tus sensaciones viendo los distintos efectos; cambia a otro tono de azul cobalto, azul pálido, coloca verde en este azul, observa un azul verdoso, más verde y observa azul turquesa, sigue observando lo que acontece. Observa que el color se transforma en aguamarina pálido, coloca más verde hasta que sea verde, cambia a verde claro, luego verde limón. Coloca más amarillo hasta verlo de este color, amarillo vibrante, amarillo claro. Obsérvalo de color dorado, apóyate en tu respiración para respirar las emociones y sensaciones que vengan a tí, observa lo que sucede y déjalo ir.

– repite con tus palabras en tu interior «yo soy luz y me abro a la luz para que viva en mí», «yo soy confianza», agrádecete a vos misma, agradécele a la Tierra.
– sigue de ojos cerrados, inhala y levanta brazos al Cielo, abre el corazón al cielo, exhala y devuelve a la Tierra, tócala con tus manos si puedes, vuelve a inhalar y exhalar moviendo tus brazos. Lleva tus manos a tu rostro y siente la frescura de tu propio contacto.
– cuando quieras abre los ojos y enámorate de lo que ves. Gracias, gracias, gracias!

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